2014/07/02

Lejanías

Tal vez escuches en los murmullos de la noche
el eco de una voz quebrada,
un gemido que es casi una plegaria.
Palabras que retumban tristes e inciertas.
Tal vez entre las sombras percibas
otra sombra que escapa y a la vez avanza,
unos ojos inquietos, apagados,
una sonrisa eterna, obligada.
Unas manos que se retuercen, unos pies que tambalean.
No sé si sabrás que cada noche duelen las estrellas.
Que la lluvia es cada vez más densa y más amarga.
Que el viento sopla melancolías inmensas.
Y no hay ruido, ni alegría, ni bullicio
que pueda sofocar su pesadumbre.
Esa es mi voz que intenta gritar su silencio.
Esa es mi alma que huye de ilusiones y retorna a la esperanza.
Son mis ojos que ciegan ante el llanto mudo.
Es mi sonrisa que destella de pobreza.
Son mis manos que abrazan lo que no tienen.
Mis pies que vagan su destino.
Y es la noche entera, que conjura,
y ya no sé si se apiada
o sólo te aleja de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario