2009/07/14

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Hoy solamente trasciendo la bruma
Para buscar, para buscarte, envenenada el alma de fantasmas
Hoy solamente acaricio la ternura que alguna vez me vació de cenizas
Acaricio el tiempo, siento el tiempo
Resbalo por las dudas que sonríen tras las risas
Tropiezo con las calles que nunca recorrí
Y me vuelvo a sentir mía
Cada vez que escucho unas notas elocuentes y ficticias
Cada vez que atrapo la locura que se va tras de tu sombra
Cada vez que extrañamente no miro el atardecer sin penas que justifiquen el silencio
Ahí estamos, atrapados en el éter
Me encadenan placeres kármicos a estas ruedas infernales
Y me evaporo en el sudor de aquello que no siento
Lejos, muy lejos está lo que encontramos a la orilla
Hoy sólo trasciendo la bruma, y encarno la locura
de aquel que anda cayendo

2009/07/01

Verónik' estás ahí?

Mi vida y tu obra no siempre van de la mano.
El espejo suele mostrarme aspectos tuyos que ya no quiero ver. La soberbia con que me muevo a veces, el desdén de las tardes, la estupidez de los cigarrillos incontables celebrando la agonía.
Sé que sentís que te hiero cada vez que tiemblo un poco, y me asusto ante la multitud desfallecida. Ya contra mi genio lascivo, te limitás a sobrarme con muecas de fastidio, huís a mirarme al centro de la oscuridad para reprocharme que no salgas más asi a escena.
Otras veces crepito sobre la inacabada simpatía que tanto te cuesta construir, sólo para que los demás pueblen el silencio vacío de historias inconclusas, y aunque no quiera caer, sigo en el absurdo del fatal mundo paralelo que creaste para mí. Ahí te movés a gusto, pero sabés que yo pierdo hasta en el delirio, y los finales son insoportablemente reales.
La paranoia te la volqué casi al principio, y de ella te alimentás para salir siempre a flote en las situaciones en que impera mi desordenado sarcasmo. Pero.. es hora de ponerte de frente.
Es hora que me desangres hasta la ilusa muerte. Hora de que detengas el tiempo, el mundo si fuese necesario. Hora que ordenes este caótico andar.
Si mañana seguís ahí, verás que conflictivamente resolveré los tropiezos, hasta que tenga que llamar nuevamente al asistente de la rima para obviar las sonrisas que me delatan frente a ellos. Si mañana seguís ahí, las puertas de los actos abrirán de par en par para recibirte, porque sólo con tu papel podemos jugar a no perderlo todo.. por lo menos lo que queda por recibir, la compasión de los días felices.
Tal vez te aparezcas cuando brilla mi ensoñada transparencia a cubrirme de lodo rencoroso, sobre los súbitos pesares sentimentales que suelo tener cuando atacás a mi adversario, haciéndolo mi víctima. No, no me sobresaltes cuando la fuerza me otorga ese valor que mi héroe supo insuflarme. No me retrotraigas a lo peor del abismo cuando siquiera me aparté de el. Traéme sólo la impaciencia, y el orgullo, y el desatino de mis melodías.
¡Y cómo te cuesta salir! Ni de mí te salva esa pobre osadía. Se diría que ni la más volcánica furia soltaría esta amalgama. Y sin embargo, busco perderte, y encontrarme, y salir de vos sólo para quedarme ahí...

2009/06/25

Un tiempo y una flor

Aquella noche simplemente me ahogué..rebalsé de sudores impensados y lágrimas a tiempo.
¿Por qué, acaso, el destino se empeña en que la fantasía de la niña viaje hasta el infinito de los pensamientos de ese hombre? Pero algo, sublime y etéreo, le dice que sí.
Hay veces que se es cruel y tirano con el tiempo..se lo deja deslizar sobre los días sin sentido. Se lo ahuyenta con cantos y rimas risueños y vacíos. Pasa, casi inadvertido, sobre la mente que sólo registra determinadas horas.
Llega un día, un día donde el tiempo quizá regala, otorga una ceremonia sin rencores, un aliento inconcebible nos dice que ese día no será otro igual al que estábamos recordando..

¿Y qué siente la niña? Siente los ojos que velan su pensamiento. La mirada casi inalcanzable de la experiencia encarnada, sobre ella, dentro de ella, la mirada que soslayada y pasional atraviesa el compás, para estrellarse en su espalda. Siente la amargura de un pasado no confeso, dos o tres recuerdos que pueblan un alma caída y litúrgica. Un aliento solapado y febril sobre la nuca... Arroyos de lava que estallan antes de llegar a su pecho, altivo y sediento. Senderos de piel deshecha, de dulces perfumes y carnes sospechadas. Tristezas del mismo infierno invaden el aura de celo entre ellos. Tristezas de alcanzar lo que se quiere en el momento menos pensado, y como siempre inoportunamente.
Llora la canción de lejos, llora largamente en el desenfreno...

La sonrisa final es más austera, quizá cómplice, no menos sangrienta. Un enjuague de almas, desechan los oblicuos roces de sus mentes en el tiempo en que deben callar. Los demás son cosas, con nombres, y palabras, y virtudes tal vez. Ella lo disfruta, porque no sabe, porque desconoce, que a veces el tiempo le regala flores a quien no sabe contemplarlas. Y su flor marchita ciertas tardes, y renace en noches arduas, cuando abre un paraíso de cantares y aguas remotas, velas y llamas y vasos derramados.. un olor a sábanas sucias la desvela cada vez, que sus deseos vuelan...
Mientras él vuelve a deshojar el tiempo con sueños que lo atacan en las madrugadas oscuras, en la debilidad de sus puñales y sus sombríos deseos, volando otra vez, aunque no quiera, hacia la estrella perdida de sus ayeres, hacia la magia que le resucita el gastado corazón...

La niña está ahí, contemplando al hombre. Aún no se da cuenta que es ella misma, y no él, la que invade su espacio, su infinito, su flor ardiente...

2009/04/18

' TORNA A SURRIENTO '





' TORNA A SURRIENTO '



Vide ‘o mare quant’è bello,
Spira tantu sentimento,
Comme tu a chi tiene mente,
Ca scetato ‘o faie sunnà.
Guarda, gua’, chistu ciardino;
Siente, sie’ sti sciure arance:
Nu profumo accussi fino
Dinto ‘o core se ne va…
E tu dice: “I’ parto, addio!”
T’alluntane da stu core…
Da sta terra de l’ammore…
Tiene ‘o core ‘e nun turnà?
Ma nun me lassà,
Nun darme stu turmiento!
Torna a Surriento,
famme campà!
Vide ‘o mare de Surriento,
che tesoro tene nfunno:
chi ha girato tutto ‘o munno
nun l’ha visto comm’a ccà.
Guarda attuorno sti Sserene,
ca te guardano ‘ncantate,
e te vonno tantu bene...
Te vulessero vasà.
E tu dice: “I’ parto, addio!”
T’alluntane da stu core
Da sta terra de l’ammore
Tiene ‘o core ‘e nun turnà?
Ma nun me lassà,
Nun darme stu turmiento!
Torna a Surriento,
Famme campà!
Torna a Surriento,
Famme campà!