2009/07/01

Verónik' estás ahí?

Mi vida y tu obra no siempre van de la mano.
El espejo suele mostrarme aspectos tuyos que ya no quiero ver. La soberbia con que me muevo a veces, el desdén de las tardes, la estupidez de los cigarrillos incontables celebrando la agonía.
Sé que sentís que te hiero cada vez que tiemblo un poco, y me asusto ante la multitud desfallecida. Ya contra mi genio lascivo, te limitás a sobrarme con muecas de fastidio, huís a mirarme al centro de la oscuridad para reprocharme que no salgas más asi a escena.
Otras veces crepito sobre la inacabada simpatía que tanto te cuesta construir, sólo para que los demás pueblen el silencio vacío de historias inconclusas, y aunque no quiera caer, sigo en el absurdo del fatal mundo paralelo que creaste para mí. Ahí te movés a gusto, pero sabés que yo pierdo hasta en el delirio, y los finales son insoportablemente reales.
La paranoia te la volqué casi al principio, y de ella te alimentás para salir siempre a flote en las situaciones en que impera mi desordenado sarcasmo. Pero.. es hora de ponerte de frente.
Es hora que me desangres hasta la ilusa muerte. Hora de que detengas el tiempo, el mundo si fuese necesario. Hora que ordenes este caótico andar.
Si mañana seguís ahí, verás que conflictivamente resolveré los tropiezos, hasta que tenga que llamar nuevamente al asistente de la rima para obviar las sonrisas que me delatan frente a ellos. Si mañana seguís ahí, las puertas de los actos abrirán de par en par para recibirte, porque sólo con tu papel podemos jugar a no perderlo todo.. por lo menos lo que queda por recibir, la compasión de los días felices.
Tal vez te aparezcas cuando brilla mi ensoñada transparencia a cubrirme de lodo rencoroso, sobre los súbitos pesares sentimentales que suelo tener cuando atacás a mi adversario, haciéndolo mi víctima. No, no me sobresaltes cuando la fuerza me otorga ese valor que mi héroe supo insuflarme. No me retrotraigas a lo peor del abismo cuando siquiera me aparté de el. Traéme sólo la impaciencia, y el orgullo, y el desatino de mis melodías.
¡Y cómo te cuesta salir! Ni de mí te salva esa pobre osadía. Se diría que ni la más volcánica furia soltaría esta amalgama. Y sin embargo, busco perderte, y encontrarme, y salir de vos sólo para quedarme ahí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario