en el eco de ese niño que te habita,
en el encanto que le devolviste a la noche
y en el amor que amanece por debajo de tus párpados.
Volteo y encuentro al hombre que no quise ver.
Al ser en que tu linaje te ha convertido.
Al capricho del mundo, y el sueño de aquellos
que no habitarán el cielo.
Al mendigo de pasión que decició resguardarse
de la tormenta
apagando sus vientos.
No me pidas que no llore.
Yo no amo a ese hombre.
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